El rol de los gobiernos más allá de la regulación en la era de la IA: ¿y las políticas públicas, qué?
Es imperativo que los gobiernos se anticipen y visualicen los escenarios que serán una realidad en el corto y mediano plazo, con el objetivo de implementar políticas públicas que mitiguen el impacto
La inteligencia artificial (IA) ha sido sujeto de un amplio debate a nivel mundial. Si bien, gran parte del análisis y esfuerzos actuales de muchos gobiernos se están centrando en regular su uso y desarrollo, su rol debe ir mucho más allá. Como sabemos, la adopción intensiva de la Inteligencia Artificial traerá consigo un sin número de beneficios, sin embargo, su llegada también acarrea riesgos y consecuencias sensibles que deben ser tomados muy en cuenta, especialmente en el mercado laboral.
Es imperativo que los gobiernos se anticipen y visualicen los escenarios que serán una realidad en el corto y mediano plazo, con el objetivo de preparar e implementar políticas públicas que mitiguen las consecuencias negativas, particularmente aquellas relacionadas con la pérdida de empleos, la reducción de oportunidades para los jóvenes y el estancamiento en la creación de nuevos puestos de trabajo.
Organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas y el Fondo Monetario Internacional ya lo advirtieron: El impacto en el mercado laboral es indudable.
✔ La IA aumentará la desigualdad de ingresos, favoreciendo a los trabajadores con mayores habilidades por sobre los que no se adpaten.
✔ 40% de los empleos globales están expuestos a la IA, con potencial para ser reemplazados o complementados.
✔ Se estima que la IA podría poner en riesgo 33% de los empleos en economías avanzadas, 24% en emergentes, y 18% en países de bajos ingresos.
✔ 23% de los empleos a nivel global cambiarán significativamente en los próximos 5 años.
✔ 44% de las habilidades de los trabajadores necesitarán actualizarse para adaptarse a los cambios tecnológicos
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Personas con poca formación y jóvenes profesionales: una generación especialmente afectada
¿La IA reemplazará empleos? La respuesta es, definititvamente sí. No es un supuesto sin fundamentos, de ninguna manera, sino una realidad. La IA bien puede reemplazar puestos de trabajo, especialmente aquellos que no requieren una intervención humana significativa o no requieren habilidades intelectuales o manuales complejas.
En este contexto, las personas con formación básica enfrentarán mayores dificultades para ingresar al mercado laboral, ya que en diversas actividades destinadas actualmente a trabajadores con menor cualificación profesional pueden ser asumidas por soluciones de inteligencia artificial.
De igual manera, el empleo juvenil se verá afectado, dado que muchos de los roles en los que tradicionalmente son contratados estarán parcial o totalmente cubiertos por la IA. Esto no solo reducirá sus oportunidades laborales, sino que también limitará el desarrollo de habilidades necesarias para avanzar en su trayectoria profesional.
Los ejemplos son multiples, aquí algunos casos:
Servicio al cliente: El auge de los chatbots y asistentes virtuales ya está reduciendo la necesidad de agentes humanos en este ámbito.
Desarrollo de software: Herramientas de IA como ChatGPT y GitHub Copilot pueden generar líneas de código y corregir errores, funciones que normalmente realizan programadores junior.
Diseño gráfico y creación de contenido: Plataformas automatizadas pueden desarrollar imágenes, videos o incluso artículos de forma eficiente y rápida.
Redacción y traducción de textos: Aplicaciones impulsadas por IA están reemplazando a profesionales jóvenes que antes obtenían oportunidades en estos campos.
Asistentes legales o paralegales: Software basado en IA puede analizar grandes volúmenes de documentos jurídicos, tareas generalmente asignadas a personal recién graduado.
Procesos administrativos básicos: La automatización de tareas como entrada de datos, gestión de archivos o procesamiento de facturas está en pleno crecimiento.
Traducción y localización de textos : Plataformas impulsadas por IA, como Google Translate o DeepL, ahora ofrecen traducciones precisas y rápidas, reemplazando en muchos casos a traductores humanos.
La magnitud del impacto dependerá de múltiples factores, como el nivel de desarrollo de cada país, las capacidades tecnológicas locales y la disposición de las empresas a adoptar soluciones automatizadas.
El impacto en las mujeres y la brecha digital
Otro aspecto crítico que no debe pasarse por alto es el impacto de la IA en las mujeres, especialmente en el contexto de la brecha digital de género. A nivel global, las mujeres enfrentan mayores barreras de acceso a la educación tecnológica y a la capacitación en habilidades digitales avanzadas.
Esta desigualdad podría agravar su situación en el mercado laboral, impidiendo que adopten la IA al mismo ritmo que los hombres. Como resultado, las mujeres corren el riesgo de experimentar un estancamiento profesional y una pérdida de competitividad en sectores que demandan un manejo fluido de estas herramientas.
Si los gobiernos no implementan políticas específicas para cerrar esta brecha, como programas de formación tecnológica inclusivos y accesibles, se profundizarán las disparidades de género existentes, limitando aún más las oportunidades laborales y económicas para las mujeres en la era de la IA.
Estancamiento del empleo y aumento del desempleo
Otro impacto menos abordado, pero igualmente previsible, es el posible estancamiento del empleo. Está claro que las empresas que adopten la IA incrementarán su productividad, lo que significa que no tendrán necesidad de aumentar su plantilla laboral. Si una compañía puede producir más con la misma cantidad de trabajadores gracias a la adopción de soluciones de IA, su necesidad de contratar será mínima o nula.
Este fenómeno podría generar un aumento en las tasas de desempleo, si no hay un efecto de compensación en la creación de nuevos tipos de trabajo que creará la llegada de la IA. Este efecto podría ser especialmente significativo en economías menos preparadas para absorber los cambios estructurales que trae consigo este proceso de transformación.
El rol decisivo de los gobiernos
Los gobiernos no deben, ni pueden, limitar su papel a regular la inteligencia artificial. Tienen la responsabilidad de anticiparse al impacto, evaluar los escenarios posibles y diseñar políticas públicas que protejan a la fuerza laboral y reduzcan las consecuencias de este fenómeno que se viene cada vez con mas fuerza.
Aquí se proponen algunas ideas de medidas de políticas públicas que pueden contribuir a reducir los efectos negativos de la IA y, al mismo tiempo, fomentar su adopción, buscando generar un efecto compensatorio que beneficie a la sociedad en su conjunto.
Incentivos tributarios para la reconversión laboral: Las empresas que inviertan en programas de capacitación para sus empleados deberían recibir beneficios fiscales. Esto garantizaría que los trabajadores puedan adquirir habilidades relacionadas con la IA y la automatización.
Reducción de impuestos a sectores intensivos en mano de obra humana: Estimular la contratación en industrias que aún dependen de trabajadores humanos, como el sector de la salud, servicios personales y agricultura.
Programas de transición laboral: Establecer sistemas de apoyo y subsidios temporales para trabajadores cuyos empleos sean desplazados por la IA, permitiéndoles mantener ingresos mientras se recalifican.
Fomento de la investigación en IA: Establecer fondos gubernamentales para la investigación y desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial que complementen el trabajo humano, en lugar de reemplazarlo.
Deducción por "IA inclusiva": Descuentos fiscales para empresas que contraten y capaciten en IA a grupos subrepresentados en tecnología: mujeres, minorías, personas con discapacidad o mayores de 45 años (similar a programas en Canadá).
Observatorio del empleo digital: Crear un organismo dedicado a monitorear el impacto de la IA en el mercado laboral y proponer políticas basadas en evidencia.
Fomento de la educación en IA: Es crucial reforzar los sistemas educativos con enfoque en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas para preparar a las nuevas generaciones.
Programas de capacitación en habilidades digitales: Iniciativas públicas y privadas que faciliten la formación en competencias digitales avanzadas y manejo de herramientas de IA.
Subsidios para empresas que contraten trabajadores re-capacitados: Ofrecer incentivos económicos a las empresas que contraten a trabajadores que hayan completado programas de re-capacitación relacionados con la IA.
Concienciación sobre derechos laborales: Desarrollar campañas educativas para informar a los trabajadores sobre sus derechos en un entorno laboral cada vez más influenciado por la IA.
Apoyo a emprendedores tecnológicos: Facilitar créditos y recursos para la creación de startups que generen nuevos empleos y modelos de negocio innovadores.
Regulación de la adopción tecnológica gradual: Limitar el reemplazo total de trabajadores humanos en ciertos sectores hasta que existan planes de mitigación de desempleo.
Además:
Beneficio "Rural Tech": Reducciones impositivas mayores para empresas que implementen soluciones de IA en zonas rurales o menos desarrolladas, fomentando la descentralización tecnológica (basado en políticas de India).
Incentivo "IA para PyMEs": Crédito fiscal especial para pequeñas y medianas empresas que adopten IA para mejorar su competitividad, con bonus si mantienen o aumentan su plantilla (similar a Singapur).
Beneficio "Exportación de IA": Incentivos adicionales para empresas que desarrollen y exporten soluciones de IA, posicionando al país en el mercado global (similar a Corea del Sur).
Crédito "Salud Digital": Beneficios específicos para implementaciones de IA en el sector salud que mejoren el acceso y la calidad de atención (basado en iniciativas de Estonia).
Beneficio "Seguridad IA": Incentivos para empresas que inviertan en ciberseguridad y protección de datos en sus implementaciones de IA (similar a políticas de Israel).
Deducción "IA Social": Beneficios para proyectos de IA que resuelvan problemas sociales específicos como acceso a educación, salud o servicios financieros (basado en iniciativas de Finlandia).
Estas políticas deben formar parte de una estrategia integral, donde el gobierno, el sector privado y las instituciones educativas trabajen de manera coordinada para minimizar los efectos negativos y aprovechar las oportunidades que trae consigo la IA.
El desafío de la planificación a largo plazo
La adopción de la IA no puede ser vista únicamente como una oportunidad de mejora tecnológica, sino como un desafío de transformación social y económica. Si los gobiernos no actúan con visión a largo plazo, las desigualdades sociales y económicas podrían aumentar drásticamente, generando un escenario de polarización laboral.
Por un lado, habrá una demanda creciente de profesionales altamente especializados en IA, mientras por el otro, sectores menos calificados enfrentarán el riesgo de obsolescencia. Los gobiernos deben garantizar que nadie quede rezagado en este proceso.
Conclusión
La inteligencia artificial no es una amenaza inevitable, pero sus efectos son innegables. Los gobiernos no pueden limitarse a regular su uso; deben liderar y prepararse para llevar a cabo un proceso que trate de minimizar los riesgos a través de políticas públicas que protejan a los trabajadores, pero a su vez fomenten el desarrollo y la innovación.
La clave en todo esto será la anticipación, visualizar los escenarios posibles y actuar con diligencia, aunque desde el sector público lograrlo pueda parecer una quimera. Las políticas públicas no deben esperar a que el impacto suceda; debe adelantarse para garantizar que la inteligencia artificial sea sinónimo de oportunidad, y no de desempleo.
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